AMOR Y RELACIONES MAESTRAS

Somos creadores de nuestra vida. Lo olvidamos cuando sentimos que algo o alguien tiene poder sobre nuestras decisiones, sobre nuestros resultados, sobre los caminos que transitamos. Somos creadores de cada experiencia que vivimos. Tenemos la posibilidad de elegir y trascender cualquier situación, esto es, ir más allá de lo que vemos como manifiesto, para ir hacia lo más profundo. Tenemos, entre otros “poderes para crear” el poder de nuestras decisiones. Y el poder de nuestra palabra. Tenemos a nuestro alcance el SI y el NO para abrir o cerrar puertas, la gran posibilidad de crecer cada día de nuestras vivencias.
Y tenemos, todo el tiempo, maestros a nuestra disposición. Maestros y maestras que nos ayudan en el camino, algunas veces desde el dolor. Cada una de las relaciones nos aporta la mirada que nos falta de nosotros mismos. Cada una de ellas nos da un espejo de aquello que es vital para nosotros. Cuando nos enojamos, juzgamos, excluimos a alguna de ellas, estamos enojándonos, juzgando, excluyendo alguna parte de nuestro ser que no podemos integrar. Y la vida nos va a seguir dando experiencias similares hasta que lo hagamos. Integrar es aceptar y amarnos en la totalidad… vernos como lo que somos, seres espirituales, energía, esencia…
Repetimos aprendizajes, quedamos sorprendidos viendo como nos cruzamos nuevamente con gente que decimos que «nos hace» las mismas cosas… Y allí nos volvemos a olvidar de nuestro poder creador.
Quedamos atrapados en la víctima… Nadie nos hace… más que enseñarnos en este camino de la vida… Somos alumnos y maestros… Tomar consciencia de esto nos permite dar un giro en nuestras vidas.
¿Qué pasaría si hoy vieras que en tu mundo nadie te lastima, nadie te hace nada? No hay más que personas mostrándote experiencias que si aún duelen, es porque hay heridas abiertas… No hay más que personas mostrándonos que aún nos falta sanar esa herida… y como creadores, podemos hacerlo! Y sanar, implica amarnos, amar partes que no nos animábamos a amar de nosotros.
Cuando transformamos nuestra mirada, hasta nuestra salud cambia, porque muchos de los síntomas que tienen nuestro cuerpo tienen que ver con estas creencias de ser víctimas, con no amarnos, con no aceptarnos. Cambia nuestro mundo porque ya no elijo de la misma manera, ya no permito, ya no me sostengo de otros, no dependo de ellos, ni los utilizo como excusas para no hacer mi propia vida, ya no los «necesito» para llenar mis vacíos, porque puedo vivir mi plenitud, mi contacto con mi ser… voy más allá de mi ego y conecto con mi alma. Me amo, por completo…Y veo el alma de las otras personas, veo el pacto de maestría que hemos hecho en algún momento, antes de venir… o el que el Universo o mi Fuente, decidió que cumplamos.
Ya no veo nadie en contra mío… veo personas cumpliendo un plan mayor. Con un sentido que quizás hoy no veo, pero sé que existe… veo maestros tallando un diamante… veo personas que me ayudan a reconocerme… y a amarme… más allá de lo que aparezca en el mundo de la forma.
Y ese es el amor que transforma… esa es la autoestima que en algún momento del camino perdí, pero decido recuperar… porque amar es mi esencia.
Namaste!
Laura.

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