Reconozco que la abundancia es mi esencia. Y que por ser abundancia, solo debo reconocerme como tal. No tiene que ver con el merecimiento. ES. Simplemente es. Sin embargo, aprendí con mandatos y creencias, que no soy merecedor, o merecedora de la abundancia. Mandatos que tenían que ver con historias de desvalorización de mis ancestros, que quizás no han podido superar ellos mismos este aprendizaje.
Reconozco que merezco ser…. por el hecho de estar vivo/a. Merezco entonces abundancia, por el hecho de ser. No hay nada que deba hacer para merecerla. La merezco por el hecho de existir.
Si siento que no la merezco es porque hay culpas, desvalorización, miedo, dudas, vergüenzas.
1. Identifico cuál es la emoción que aparece cuando pienso en el merecimiento
2. Identifico las ideas, pensamientos, creencias que aparecen. Las escribo en el cuaderno.
3. Simplemente pienso si son ideas que tienen justificativo. Las cuestiono. Las miro de otra manera.
4. Elijo creer que me la merezco. ¿Por qué no?
5.¿Para qué quedarme en la creencia de no merecer?
6. Si hay resistencias en esta nueva creencia me pregunto: ¿Para qué querría seguir en la idea de no merecer la abundancia?
7.¿A quién estoy siendo fiel con la idea de escasez?
8. Observo mi clan, mi árbol. Honro sus ideas, las observo. Ya profundizaremos en esto en otro día, por hoy, solo las observo
9. Decido ser abundante.
10. Siento la conexión con mi fuente. Merezco esa conexión. Merezco la abundancia
Acá te dejo una charla donde te comento cómo conectar con la abundancia:
Laura Barrera, Coaching Cuántico, Directora Escuela Punto Cero.