Cada persona es una parte de nuestra Fuente. Dios, Universo, Consciencia Superior, como sea que la sientas. Siendo parte de este maravilloso universo, no podríamos decir que en él, algo está dejado al azar. No podríamos decir tampoco que una estrella es sagrada, la otra no. Todas lo son, son manifestaciones únicas e irrepetibles. Como nosotros, los seres humanos. Por lo tanto, cada persona es una expresión de esta Fuente. Aún aquellas a las cuales nosotros no amamos…Aún nosotros mismos, a quien muchas veces, nos cuesta amar.
”Me reverencio, me reconozco como Sagrada o Sagrado”.
Lo sagrado nos da una idea de pertenencia a una Fuente, somos en función de ella… por lo tanto, no considerarnos a todos sagrados, es hacer un juicio de valor por el cual, algunos pertenecen a ella y otros no…
Hay quienes consideran que personas que no cumplen con nuestros valores no son sagradas. Que quienes matan, violan, roban no lo son… Y creo que es al revés: si pudiéramos comprender el valor de lo sagrado en la experiencia de cada ser, ya no habría personas que maten, roben o violen… Esas acciones son manifestaciones de problemas de relaciones, no resueltos, no sanados en la infancia, ni en su clan (árbol genealógico), son expresiones de creencias que separan, discriminan, desvalorizan y dividen o nos hacen creer superiores o inferiores, respecto a otros.
Parto de la base del pensar que Dios está en todos nosotros y que la falta de amor, de comunicación, de sentido de lo sagrado de la vida, que la falta de empatía, de ponernos en el lugar del otro, que juzgar y que controlar, nos llevan a un estado emocional, mental, corporal y energético que predispone a estas acciones. Parto de pensar que el miedo, nos aleja del amor y nos convierte en seres aislados, separados del otro, dispuestos a convertirnos en “enemigos” por ser y pensar diferente.
Considero que si podemos ver como sagrada a cada persona, por encima de todo juicio, podemos modificar conductas destructivas del ser humano.
Por lo tanto, esta cuarentena busca despertar el valor de lo sagrado. En mí, en primer lugar. En cada una de las personas que la leen, en segundo lugar. Considerando también que todos somos Uno, parte de esa maravillosa Fuente que es Amor, por sobre todas las cosas. No es una mirada religiosa. Me encantaría que esta cuarentena sea una invitación para que cada uno exprese lo mejor de su propia mirada espiritual y religiosa. Todas las miradas religiosas son expresión de Amor. Y para mí, de eso se trata… de recuperar en cada relación el Amor con mayúscula.
Hoy te invito, como parte del primer día a observarte a vos mismo, a vos misma, como Sagrado. Y ver a cada persona como tal. Aún y por encima de todo, a aquellas con las cuales tenés conflictos, rencores, enojos, diferencias de ideas.
Te invito a ir por encima de tus juicios, sin tu mente poniendo obstáculos. Poniendo un sentimiento, una energía que reconozca a la Fuente en cada uno de ellos.
Este “ejercicio” se trata de una observación no de la otra persona, sino de vos mismo/a. Es tu propia observación la que iremos desarrollando a lo largo de estos 40 días.
¡Bienvenidos a los 40 días haciendo foco en nuestras relaciones!!!
Mi desafío es poder ayudar a mejorar las relaciones entre las personas, comenzando por la relación de cada uno con sí mismo. Que todos podamos expresar la paz y el amor que somos, liberándonos de obstáculos, conflictos y divisiones que nos impiden reconocernos en ellas.
¡Estás invitado, estás invitada!!!Que estos 40 días sean de un profundo y maravilloso encuentro, primero contigo y luego con quienes forman parte de tu experiencia.
Este es un fragmento del día 1 de mi libro “40 Días haciendo foco en nuestras relaciones”, que lo puedes conseguir ya mismo en AMAZON haciendo CLICK AQUÍ