Hoy, como siempre, el mundo necesita tu paz interior. Todos resonamos en frecuencias de amor o de miedo. Cuando resonamos en el miedo, estamos alimentando el caos, el conflicto, la separación, la división, la enfermedad.
Nuestra frecuencia es expansiva. Lo que vos decidas expandir será lo que ayude a la paz o al conflicto.
Todos somos uno en el planeta. Lo que vemos reflejado es una proyección de nuestro propio interior. Aunque cueste verlo… Aunque sientas que no tenés nada que ver con lo que pasa, o con otras personas que son tan diferentes a vos.
Todo comienza con nuestra propia paz interior. Crearla para cada uno de nosotros en nuestra vida cotidiana sigue siendo una prioridad.
¿Cómo crearla?
Con nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestra propia energía. Sintiendo la unidad con todo. Con nuestra Fuente, con nosotros mismos, con los demás.
Partiendo de esa maravillosa regla de oro, y extendiéndola: «No hacer a otros lo que no nos gusta que nos hagan. Pensar en hacer al otro, todo lo bueno que nos gustaría que o el otro pensara en hacernos a nosotros. Solo hacerle al otro lo que nos gustaría que el otro nos haga…»
Benevolencia en acción, expansiva, multiplicadora. Confiar en el poder del amor, de la consciencia de unidad de todos.
Que esa vibración se expanda, con certeza, con fé más allá de toda lógica ( palabras que Garnier repite y hoy me llenan de sentido)
¿Qué pasaría si te propusieras sumar a la paz desde tu propio interior?
Hoy, ¿sentís absoluta paz?
Te invito a crearla, a sostenerla, a no perderla, a expandirla…
Hagámoslo entre todos los que podamos…armemos la masa crítica…esa que lleva al cambio de consciencia.
¡Es hora de hacerlo!
