Desconectar de la tensión es una práctica que no hacemos. Cuando estamos estresados, generamos tensión en nuestro cuerpo, tensión mental y emocional. Ya lo hemos visto en los Desafíos antiestrés que hemos compartido en estos años pasados. Muchas personas ni siquiera reconocen la tensión, ya que el estrés o la preocupación, es como un “programa” de base. Por eso, hoy vamos a observar, para identificarnos y reconocernos.
Te propongo una práctica.
Tomá registro de cómo está tu respiración
Tomá registro de tu espalda. ¿Está tensionada o relajada?
¿Algún músculo de tu cuerpo está en tensión?
¿Tu cabeza?
¿Tus pensamientos se te presentan de manera caótica, desordenada, a borbotones?
¿Podés calmarlos?
¿Cómo están tus emociones?
¿Sentís que tus cosas fluyen o se traban?
Te propongo que lleves un registro de todo esto, para ir relajando cada aspecto.
Y luego comenzó respirando y soltando el estrés, tomando acciones para hacerte responsable de tu propio bienestar. Recordá, sos 100% responsable de tu propio bienestar. Y eso no es un peso, una carga, es una gran bendición, porque ¡está en tus propias manos!
A tomar esa posibilidad, ¡a crearla!
Te invito a utilizar las herramientas que te ofrecemos para tu bienestar.