1.- Observo lo que hoy percibo de mi situación actual sin juzgar lo que vea como “bueno” o “malo”. Sin juzgar lo que sienta como bueno o malo… Dejo que todo aparezca sin juzgar.
2.- Reconozco cuál es la emoción o las emociones que están presentes. Observo si es la primera vez que siento estas emociones. Reconozco si ya estuvieron mucho tiempo en mi vida, con más intensidad, con menos intensidad… Si observo un poco más, observo si algunas personas en mi árbol familiar, la tuvieron. Y no juzgo a nada ni a nadie.
3.- Observo mi cuerpo, registro cómo se manifiesta esta emoción en mi cuerpo. Tomo una respiración profunda y solamente siento. Me permito sentirlas y expresarlas en un lugar donde esté solo o sola.
4.- Observo cuáles son los pensamientos que se presentan alrededor de esta emoción. Y reconozco que estos pensamientos están presentes muy frecuentemente en mí.
5.- Los escribo en un papel.
6.- Tomo respiraciones profundas y permito que la emoción se exprese. Si es enojo, puedo salir a correr, puedo gritar. Y dejo salir ese enojo, sin lastimarme ni lastimar a nadie, hasta que ya no siento deseo de hacerlo.
7.- Luego pienso en una persona que amo y le deseo en silencio cosas buenas para su vida: Pensamientos benevolentes. Siento esa energía y repito esta acción cada vez que la emoción que observé me atrape.
8.- Tomo mucha agua durante todo el día.
9.- Me alimento sanamente.
10.- Si juzgo lo que pasa, suelto el juicio y vuelvo a observar.
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